¡Bienvenidos a la Casa de la Pradera! Ese era el comienzo de mi reportaje del sábado en la revista YES de La Voz de Galicia. En él os hablaba de una de las tendencias del momento: el regreso de Laura Ingalls y, con ella, los vestidos de la Casa de la Pradera. Y hoy he decidido seguir las normas de la nueva temporada al pie de la letra con este precioso vestido de Coosy de plumeti y flores.
Una de mis amigas está viviendo en Estados Unidos. El otro día hablaba con ella por Whatsapp y las dos comentábamos lo mismo. Solo hay un tema de conversación, aquí y a 6.600 kilómetros de distancia: el tiempo. Creo que es la primera vez que estreno abril cubierta con un abrigo de pelo.
Los días que estuvimos en París vivimos lo más próximo a una primavera. Fue la única ventana sin lluvia en este invierno que se está alargando más de lo previsto. Hizo sol y hasta pudimos cargarnos de vitamina C mientras paseábamos por las bonitas calles de París. Era domingo por la mañana y ese día en nuestros planes estaba subir hasta Montmartre.
And the Oscar goes to… Por primera vez en muchos años no he visto la gala de los Oscar. Y me da pena… A medias. Todavía no he visto ninguna de las películas que competían y creo que tardaré en hacerlo.
Cuadros y vaqueros. La combinación perfecta para empezar la semana con buen pie. Y, de paso, para enseñaros mi última adquisición en la planta de chicos de Zara: un abrigo oversize de cuadros verdes y azules.
El ultra violet me trae muy buenos recuerdos. Mis padrinos celebraron las bodas de plata hace años. Y a mí me encantó vivir ese día con ellos. Llevaba el pelo corto como un champiñón y un vestido lila precioso. Este color me acompañó también en los inicios del blog. Aquí me tenéis paseando por la Ciudad Vieja con una falda lila de lino. El post se titulaba Lilac. Y hoy he decidido rendirle un homenaje a todos esos ultra recuerdos en ultra violet con una segunda parte de aquel post: la versión Lilac de 2018.
Una de las cosas que más me gusta es descubrir lugares nuevos. Sobre todo si están al lado de casa. No sé alguna vez tuvistéis esa sensación: la de, de repente, descubrir el paraíso a solo unos minutos. Lo viví hace poco cuando preparaba un reportaje para La Voz de Galicia: lugares escondidos que tienen magia
Just for love. Posiblemente esta sea la camiseta perfecta para celebrar San Valentín. No soy muy romántica, pero como el amor está por todas partes (en la moda, en la comida, en los viajes…), solo por amor… haría cualquier cosa.
¡Feliz 2018! Espero que hayáis tenido una buena entrada en el año nuevo. La mía no pudo ser mejor: con almejas de mamá y buena compañía. Y con ganas de estrenar 2018 en Donkeycool con un nuevo post.
He aquí mi uniforme de este invierno: ugly sneakers, leggings y abrigo masculino. Si me pidiesen ahora mismo que hiciese la maleta y que eligiese solo tres prendas de mi armario serían estas tres.
Me encanta Portugal y me encanta escaparme a Portugal. Hace dos semanas nos fuimos dos días a Oporto. Suficientes para descubrir locales nuevos y pasear por sus calles. Creo que es una de las ciudades más bonitas que conozco, o al menos con más encanto.
Hoy os voy a contar mi primera vez… con lentillas. Soy miope desde la universidad. Siempre me hizo gracia llevar gafas. De hecho, tengo una colección enorme de gafas graduadas y gafas de sol. Pero, de vez en cuando, también me gusta sentirme libre, bajar a la calle sin nada en la cara.
Cuando una serie me gusta mucho entro en bucle. Me pasó con “Lost” en su momento, veía humo negro por todas partes; con “Juego de Tronos” y la madre de los daragones y ahora con “Stranger Things”.
Este fin de semana improvisamos una escapada de última hora a Portugal. Oporto es una de mis ciudades favoritas y, después de ver la previsión del tiempo y el solazo que iba a hacer, cogimos carretera y manta.
Tres, dos, uno… ¡Navidades! No me puedo creer que ya estemos prácticamente en diciembre. Es una locura pensar lo rápido que pasa el tiempo. ¡Si hace nada me estaba tomando un té calentito en Londres! Pero nada, si hay que volver a sacar los vestidos de lentejuelas, ¡se hace y punto!
Parece Italia, pero es la plaza de María Pita. Con las palomas de fondo y la luz colándose por los arcos de los soportales del ayuntamiento podría ser el escenario de “La grande bellezza” de Paolo Sorrentino.
En verano escribí un reportaje en la revista YES de La Voz de Galicia sobre las mini gafas. Cariño, he encogido las gafas, era el título. Sí, tengo un trauma con esta película. No entendía como Wayne Szalinski se equivocaba siempre y acabar encogiendo a sus hijos.
Empezar el lunes con un vestido sudadera es menos lunes. Sí, este vestido tiene poderes mágicos. Es capaz de cambiarle el humor a cualquiera. Está lleno de energía positiva, de ganas de hacer cosas. Si no me creéis os animo a probarlo:
Declaro oficialmente inaugurada la temporada de abrigos largos, jerséis amorosos y bufandas hasta los pies en Donkeycool. Y no se me ocurre mejor forma de hacerlo que con este precioso abrigo forrado de borreguito de Coosy.
¿Puede haber algo mejor que un gorrito de lana? Es mi complemento favorito. Creo que lo único que me alegra de saber que bajan las temperaturas es pensar que voy a poder usar gorros otra vez. El otro día aproveché para ponerme el gris de Acne
Ni las castañas ni las setas. Lo mejor del otoño son esos momentos en los que puedes ponerte prendas de manga larga, pero llevar las piernas al aire. Ya quedan pocos días así en Galicia. El frío empieza a acercarse. Winter is coming y aquí no tenemos que esperar a 2019 para ver la octava temporada.
Mis queridas Vans Sk8 siempre están ahí para los buenos y los malos momentos. Han pisado tierra volcánica en Islandia y tomado té en la pastelería más cuqui de Londres. Ya no queda rastro del blanco de la suela, pero ahí están dispuestas a seguir viviendo aventuras conmigo.
Primero fue la bolsa de la compra tailandesa de tres euros que Balenciaga transformó en un bolso de lujo de más de 1.000 euros. Después se fijó en al mítica bolsa azul de Ikea y la convirtió en un nuevo must. ¿Por qué pagar una millonada por una bolsa de la compra de Balenciaga cuando directamente puedo llevar la de Ikea?
Este fin de semana hicimos una mini escapada a León. Llevaba casi un mes sin salir de A Coruña. Necesitaba aire fresco, desconectar, disfrutar. El lugar elegido fue León, a tres horas en coche desde A Coruña. Había estado hace un par de años, aprovechando que mi cuñada vivía allí, y tenía muchas ganas de volver.
La semana pasada me fui de fiesta con El Corte Inglés para celebrar el inicio del nuevo curso universitario. Y, de paso, conocer el cambio de imagen de la cuarta planta (la planta de moda joven) del centro de Ramón y Cajal, en A Coruña.
Haciendo un repaso a mi timeline de Instagram me encontré con una foto de Diana de Gales a la salida del gimnasio. Iba vestida con unas zapatillas feas, unos mega calcetines blancos y una gabardina. Me llamó la atención la actualidad del look.
Llevaba tentándome desde que llegó a su armario hace años. Sabía que en algún momento acabaría saliendo con ella a la calle. Como podéis leer en el título, esta blazer de cuadros no es mía. Es de mi novio.
Hoy me visto de francesita para estrenar una nueva semana de octubre. Le he cogido el gusto a las boinas. Lo podéis ver en mi perfil de Instagram, donde ayer justo os enseñaba mi última adquisición: una boina roja preciosa, lista para acompañar todos mis looks de otoño.
La vida con una bicicleta rosa es un poquito mejor. Desde mi BH con cestito de color turquesa no había tenido una bici tan bonita en mis manos. Esta no es mía, sino de mi sobrina, pero se la pedí prestada unos días para pasear por A Coruña. Y, de paso, hacerme unas fotos con ella.
Dice mi madre que me quejo de vicio. Que siempre estoy llorando que no tengo nada que ponerme, pero que no es cierto. Que tengo el armario lleno de prendas bonitas. Algo de razón no le falta. Pero como soy una inconformista siempre quiero más. Y no lo voy a negar: me encanta el olor a nuevo de las prendas cuando las pones el primer día.
Hay un color que no para de repetirse en mi armario, ¿adivináis cuál? Sí, el amarillo. Amarillo pollito o amarillo mostaza. O amarillo limón, como el fiel escudero de Pablo Escobar en Narcos. Un amarillo con capacidad de alegrarte hasta los días más feos. Un amarillo como escudo para que nadie puede contigo.
Si tuviese que hacer mi september issue tendría claro qué no faltaría en el reportaje. En mi edición de septiembre de 2017 hay vaqueros, pantalones de chándal, botas militares, muchas camisas y camisetas bonitas y, sobre todo, maxi pendientes. No sé que opinará Anna Wintour de mi decisión, pero yo sería feliz lo que queda de otoño con todas estas prendas en el armario.
Una ración de lunares de vez en cuando no viene mal. Y este vestido con puntitos negros fue el elegido para sumarme a la fiebre por este estampado. Empezó en verano con la blusa de lunares negros y mangas de jamón de Jacquemus. Un homenaje al look de Diana de Gales en los 80 del que os hablé en la revista YES de La Voz de Galicia.
Hay varias cosas que me apasionan. Una de ellas es el pulpo á feira. La segunda ver en directo (y en streeming, claro) el desfile de Prada (el único que hace que se paralice mi mundo). Y la tercera disfrutar de una buena película. Me encantan las pelis que cuentan una historia, sin más.
Como buena gallega sé bien que en verano en el norte refresca. Así que cuando preparé la maleta para nuestro viaje a Cap Ferret, en Francia, metí alguna prenda de abrigo. ¡Y qué bien me vinieron! Tuvimos un tiempo increíble, que nos permitió disfrutar de las cenas con ostras por la noche en la playa.
Después de una pequeña parada en Hondarribia, nuestras vacaciones de verano continuaron en Francia, en Cap Ferret. Ya os hablé un poco de esta zona en este post. Una de las cosas de las que más disfruté durante los días que estuvimos allí fue de las cenas en la playa coincidiendo con la puesta de sol.
Si tuviese que elegir mi prenda del verano lo tendría claro: las sandalias de cuerdas de Nomadic State of Mind. Desde que me las compré no he dejado de usarlas. Me gustan con todo, con vestido (aquí) y con vaqueros (aquí). Las tengo en una estantería al lado de otras sandalias de verano, pero, aunque a veces me pruebo otros modelos, al final siempre acabo recurriendo a ellas.
Aquí me tenéis, saltándome todas las normas de tráfico para contaros algo en petit comité. Desde que The Man Repeller sentenció el fin del “normcore” y el inicio de una nueva era, el “menocore”, no puedo dejar de pensar en looks que tengan relación con la nueva corriente estilística.