Lo mejor de los viajes es vivirlos con los cinco sentidos. Recién aterrizada de Lanzarote vengo con todos ellos bien cargados. Porque todos los destinos son especiales. Y esta isla volcánica es capaz de ponerlos a 1.000 revoluciones casi sin pestañear. Lanzarote es como Islandia, pero con 20 grados más. Aquí pude sentir la arena negra de El Golfo colándose entre los dedos de los pies. Saborear las papas arrugás y el pescadito fresco canario. Oler el mar y las algas que llegan a la playa de Famara. Oír cómo soplaba el viento junto al Timanfaya, y ver paisajes maravillosos, el contraste de las casitas blancas con el negro de la tierra volcánica. Y para verlo todo y no perderme detalle, para guardar cada fotograma, lo mejor es ir bien preparada, en mi caso, con unas buenas lentillas multifocales, perfectas para poder disfrutar de la isla al 100%.
No perderse lo importante
Os conté hace tiempo que había probado por primera vez las lentillas. El momento en el que ves todo con claridad, sin barreras, es maravilloso. Creo que es uno de los mejores inventos. Y aunque yo no llego ni a las dos dioptrías, siempre se agradece poder ver el paisaje nítido. Me gustan las lentillas diarias, cómodas y fáciles de llevar a cualquier viaje: no ocupan espacio en la maleta y son muy prácticas en destinos de playa.
No hay nada mejor que pasear por la orilla del mar, disfrutando de las vistas maravillas que te rodean. O, en este caso, recorrer Lanzarote en coche, por sus carreteras entre viñedos enterrados en la tierra volcánica, y poder disfrutar de esta película al aire libre con tus propios ojos. Y ésta, como en “Los abrazos rotos” de Almodóvar (que, por cierto, se rodó en la isla), es de premio.
Nuevas aventuras
Espero poder enseñaros más de Lanzarote en los próximos días. Mientras, podéis echar un vistazo a otros viajes maravillosos, como el que hice hace dos años a Islandia, la tierra de hielo y fuego, la hermana del norte de la isla canaria. Otro destino al que, sin duda, no podéis ir sin unas buenas lentillas en la maleta, un plumífero, una camiseta térmica y la batería de la cámara bien cargada para sacar fotografías sin parar.
Esta noche me espera un nuevo destino (gallego) que espero disfrutar también con los cinco sentidos. Y mientras preparo de nuevo la maleta, me despido por hoy y os dejo con algunas de las postales que me traje de Lanzarote. Y vosotros, ¿con qué recuerdos os quedáis cuando viajáis? ¡Besos y muchas gracias por vuestras visitas y comentarios!